Enero «eterno» para todas menos para nosotras
En Proyecto 43-2 habríamos necesitado que enero durase cuatro días más para poder asimilar toda la intensidad con la que ha comenzado 2025.
Ha vuelto a pasar. Enero nos ha arrollado como lo hizo diciembre. Yo, de naturaleza optimista (sobre todo con la duración del tiempo, por eso siempre llego cinco minutillos tarde a todas partes), quería, en el viaje de vuelta en furgo desde Sevilla, ponerme a escribir el boletín y dejar las aventuras contadas y el balance del mes hecho en vuestros correos. Pero el doblete de Federico en Sevilla fue tan intenso que nos dejó las neuronas fundidas nivel: ir prácticamente en silencio las cinco horas de viaje de regreso hasta Madrid. Más que un trayecto de regreso de bolo, esa furgoneta parecía un convento de cartujos. Así que ya con las neuronas en forma, me dispongo a darle a la tecla. Os cuento.
El día 29 fue la primera vez en la historia que hacíamos dos funciones de Federico. No hay olvido, ni sueño: carne viva en el mismo día. Y fue precioso.
Era nuestra segunda vez en el Teatro Alameda, teatro público destinado a programación para niños, niñas y adolescentes. Federico ha formado parte de la programación del ciclo TEATReVES. Y Juan Villafruela, su programador, nos propuso en su día alargar la estancia en Sevilla y presentar un programa doble. Por la mañana para jóvenes procedentes de centros educativos, y por la tarde para público general. Tenemos que agradecer a Juan esta apuesta porque ha sido la única manera, hasta ahora, de que en Sevilla capital hayan podido ver nuestro trabajo.
Ni desde el Alameda ni desde Proyecto esperábamos que la función de tarde se fuera a llenar. Día entre semana, a las siete, ya de noche, cayendo un diluvio universal. Y, de repente, el teatro hasta arriba.
El Alameda tiene una grada y como teníamos la escenografía encajada en el espacio que hay entre la primera fila y el escenario, entramos cantando desde arriba del todo. Salvando las distancias, me conectó mucho con lo vivido en el Barranco de Víznar, por la cantidad de gente y por las miradas entre expectantes, emocionadas y cómplices que veíamos mientras bajábamos por las escaleras cantando En la plaza de mi pueblo.
Veníamos con el corazón cargadito del bolo matinal, con más de 150 adolescentes de cuatro institutos, un grupo de internos del centro penitenciario Sevilla I y varios estudiantes de dirección y dramaturgia de la ESAD de Sevilla. Tod@s guardaron un silencio sepulcral durante toda la función, con unas miradas atentas, sin perderse nada. Os lo escribo y lloro. Fue increíble. Sobre todo por todas las preguntas y el interés en el coloquio post función mediado por nuestra Laura. Y porque al terminar se me acercaron tres chavales para preguntarme cómo podían ser voluntarios en una campaña de exhumación. Ay.
Por la tarde también hicimos encuentro con el público. Una mujer nos contó que estaba allí porque su hijo, que había venido por la mañana, le había dicho al llegar a casa que no se podía perder el espectáculo que había visto. También nos compartió que en la clase del hijo han pedido a la profesora que organice una salida a una campaña de exhumación para conocer a los detectives del olvido en persona y para poder estar a pie de fosa y ver la realidad que les habíamos transmitido en directo.
Todos los datos que leemos y escuchamos en las encuestas sobre la vinculación de quienes vienen detrás de nosotras (sobre todo los chicos) con la ultraderecha son aterradoras, pero después de lo del miércoles en Sevilla, yo tengo un poquito más de esperanza y sigo pensando que siempre hay luz entre tanta oscuridad.



Y continuando con la esperanza y las cosas bonitas que nos han pasado en este enero intenso, quiero compartiros lo vivido en Palencia.
Como ya conté por aquí, el fin de semana antes de bajar a Sevilla con Federico, presentábamos nuestra trilogía sobre la violencia en el País Vasco, Rescoldos de paz y violencia, en el Teatro Principal de Palencia. Siempre nos pasan estas cosas. Hay poquitos bolos, pero es inevitable que se nos junten cosas hiper intensas que no podemos digerir con tranquilidad porque enseguida viene algo fuerte. Y esta ha sido una de esas veces.
Llévabamos más de un año trabajando con Pilar Alcalde, la responsable de programación cultural de la ciudad, y con Fran Fernández, concejal de Cultura, Turismo y Fiestas, en la llegada de la trilogía a Palencia. Todas las experiencias que nos ha regalado la exhibición de los tres espectáculos seguidos han sido hermosas, pero tengo la sensación de que lo que vivimos en Palencia fue, además, importante.
Todavía no sé explicar por qué. Pero creo que tiene que ver, por una parte, con el impacto que genera hoy hablar de forma directa (y poética) de nuestro pasado reciente. Siento que la huella que deja la trilogía es ahora otra que cuando estábamos más cerca del fin de la violencia. Somos más conscientes del dolor heredado. Y de los rescoldos sobre las que vamos construyendo convivencia.
Por otra parte, tiene que ver con lo simbólico. Lo que supone convivir en un espacio público con decenas de personas compartiendo emociones fuertes. Se genera entre el patio de butacas y el escenario un vínculo muy especial. Pero también un sentimiento de comunidad y de resistencia poética frente a lo que ocurre ahí fuera que es muy poderoso.
El sábado, cuando la gente accedía a sus asientos y nos veían a Mendi y a mí sentados en escena (así comienza Viaje al fin de la noche) nos miraban a los ojos y nos sonreían. Me atrevería a decir que el gesto lo repitió prácticamente todo el mundo. El día anterior habíamos compartido Proyecto 43-2, La mirada del otro y el marmitako en el hall del teatro. Quedaba el chimpún final. La tercera pieza y el coloquio acompañadas de Maixabel Lasa. Y las personas allí presentes sabíamos que había algo en construcción y que era común. Y eso, quieras o no, reconforta muchísimo. Es otra vez saber que sola no puedes, pero con amigas sí. Y es también de nuevo el teatro (las artes) como refugio y lugar de resistencia.
Mira que hemos tardado años en llevar nuestro trabajo a Palencia, pero creo que hemos llegado en el momento en el que tenía que ser. Empezar el año con este poderío, mostrando la trilogía al completo y con esa escucha y tanto amor, nos da pilas para todo lo que está por venir (horas interminables de oficina incluidas).
Por cierto, mención a parte merecen Marcos y Xiqui que estuvieron al mando de la técnica y organizando todo el follón (junto al equipo técnico del teatro) que supone montar tres diseños de luz, vídeo y sonido en día y medio. Sin el currazo que se pegaron, la magia no habría sido posible.









1. DETRÁS DE LA FOTO. SE ACERCA EL BIG CRUNCH.

Enero comenzó con mi amiga Patricia Delso Lucas, ingeniera y diseñadora de luces y cineasta y fotógrafa y persona divertídisima, en la ciudad. Enfrentábamos la tercera y cuarta semana de HORIZONTES, la residencia artística que estoy desarrollando en el Teatro Calderón con la performance que nació en octubre de 2022 también en Valladolid en otra residencia artística. A pesar del gripazo que me tuvo cuatro días y medio en cama, pudimos elaborar el diseño de luces y hablar de muchísimas cosas. Lo pasamos en grande y trabajamos muy bien.
Además, durante esos días llegó la caja diseñada por Eugenio Merino. Una caja de mercancías que es el nuevo espacio escénico de desarrollo de la performance y que ha traído cola. Pero eso ya os lo cuento otro día.
Como todavía no es oficial (y caballero) no puedo compartiros algo chulísimo. Solo puedo pediros que marquéis en el calendario los días 5 y 6 de marzo. Porque pasarán cosas en Valladolid. Y ojalá que después de esas fechas en más partes del mundo.
De momento, la semana del 18 de febrero volvemos al Calderón para seguir trabajando con la caja, la música original y los pequeños detalles.
Está siendo un proceso muy bonito, en cierto modo de (re)escritura. Como me dijo Alba un día hablando sobre el título y la relación con lo que cuento en la pieza, siempre estamos reescribiéndonos a nosotras mismas. Abordar esta pieza, tan bien acompañada, y dos años y pico después de que naciera casi por casualidad me está haciendo pensar mucho. Y disfrutar. Tener un espacio de creación y un tiempo para la búsqueda es absolutamente fundamental para desarrollar un trabajo artístico. Y, por desgracia, no es nada habitual.
2. BATIBURRILLO.
Este boletín me está quedando extensito e intensito.
Así que me despido rápido compartiendo esta pieza que hizo Dani Galindo para La Sala de RNE sobre Federico: https://www.rtve.es/play/audios/la-sala-rne/sala-federico-proyecto-43-2-teatro-alameda-sevilla/16413742/
Recordándoos que tenemos un espacio de merchandaising en nuestra web y que vamos a ampliar el stock de tallas en las sudaderas. No vaya a ser que queráis comprar una y resulta que no hay del modelo que necesitáis.
Y que desde el último día del 2024 podéis escuchar el tráiler de nuestro pódcast en nuestra web y en las plataformas de audio más conocidas. Si no lo habéis escuchado y compartido con vuestra gente todavía, la verdad, no sé a qué estáis esperando. Os lo dejo aquí, no vaya a ser: https://proyecto432.com/federico-podcast/
Por cierto, nos hemos ido de la red social X antes conocida como Twitter pero nos podéis encontrar en Bluesky @proyecto432.bsky.social y en Facebook e Instagram como siempre. No voy a decir aquí lo que pensamos de Zuckerberg, pero de momento habrá que seguir.
Muchos besitos. Nos vemos pronto. Ojalá.
María.