Sobrevivir
En "El desencanto" de Jaime Chávarri, Leopoldo Mª Panero le dice a su madre que la infancia es vivir y el resto de la vida sobrevivir. No sé si estoy muy de acuerdo pero últimamente lo siento tal cual
Marzo comenzó con la intensidad de un estreno, el de The Big Crunch en el #MeetYou, e inmediatamente se nos olvidó porque llegaron los requerimientos, justificaciones y solicitudes de ayudas.
Llevo bastantes meses pensando en la relación entre necesidad y precariedad. Está claro que un proyecto teatral independiente como el nuestro necesita de ayudas públicas para sobrevivir (y sí, subrayo sobrevivir), pero al mismo tiempo son una condena por la cantidad de tiempo, energía, burocracias infinitas y tensión que conllevan.
En casa me educaron en la importancia de la defensa de lo público y de cuidarlo casi más que lo propio, así que en la compañía gastamos bien y justificamos mejor las ayudas recibidas. Pero me sigue siendo inevitable sufrir muchísimo pensando que en cualquier momento me llevan presa. Tal cual.
Este año, además, se han juntado en plazo el requerimiento de la gira pandémica (sí, vamos con cuatro años de delay, que acuérdate tú de cómo organizaste los archivos entonces, que todavía eras pequeña), con la solicitud de las nuevas ayudas de gira y también con el plazo final de la justificación de las recibidas el año pasado. Así que marzo ha sido un mes muy duro. Con jornadas eternas (porque a parte hay que apagar los fuegos diarios) y una tensión brutal. Entre medias se celebraba dFERIA en Donostia y había que ir a vender y dejarse ver, pues para qué queremos más.



Y ahora volvamos a todo lo que pasó con el estreno de The Big Crunch. Apuntes para un proceso de (re)escritura en Valladolid, que fue mucho.
Lo primero. Qué emoción estrenar en el Teatro Calderón. El Calderón es el lugar en el que tengo los primeros recuerdos como espectadora con seis o siete años (mis padres siempre me llevaban con ellos, aunque fueran obras para público adulto. Así he salido.), y es también el teatro en el que sentí una emoción tan grande un día viendo un clásico de Lope de Vega que me dije: yo quiero hacer eso. Lo recuerdo perfectamente.
Parece una chorrada toda esta orfebrería emocional, pero la verdad es que no había caído en ello hasta la semana del estreno. En ese (gran) teatro me han pasado muchas cosas y nunca había actuado. Y, de repente, ahí estaba, abriendo un festival internacional de escena contemporánea. Compartiendo una pieza íntima y extraña, con un equipo de personas preciosas, dentro de una caja de mercancías. Qué rara la vida a veces.
Emocionalmente fueron unos días un poco difíciles por la llegada del quinto aniversario del inicio de la pandemia del covid19 (y tantos recuerdos que terminaron con la muerte de mi padre en mayo de ese año). Pero la verdad es que me sentí tan bien cuidada por el equipo del #MeetYou, del teatro y por el de 43-2 que, aunque la vida pasa rapidísimo y enseguida hay que ponerse a otra cosa, pienso en esa semana y sé que fui muy feliz.
Alba me decía el otro día que sería interesante que pudiera contar qué sentía estando dentro de la caja de mercancías, pero la verdad es que no sé muy bien cómo explicarlo. Cada pase ha sido un viaje físico muy diferente. Y digo físico porque el movimiento es lo que me llevaba a la montañita rusa emocional a la que, en el fondo, soy tan adicta. Era muy sorprendente distinguir, entre la oscuridad, la sala llena. Y muy placenteras las miradas atentas. Para lo demás, venirse a donde haya nuevas oportunidades de compartir el Crunch. Creo que es una experiencia muy íntima para mí pero también para quien mira desde fuera. Y eso es hermoso.
Y luego pasó también otra cosa muy muy bonita que me sigue llenando de emoción el pecho. Fue compartir charla, dentro de las jornadas profesionales del #MeetYou, con Domingo Sánchez-Mesa. Domingo fue mi profesor favorito del Máster de Humanidades que cursé en la Carlos III. Es un tío listísimo, catedrático de Literatura y Cine comparados. En todos estos años, desde que coincidimos en la Carlos, le he tenido muy presente, porque aprendí y disfruté muchísimo con él. Pero nos habíamos perdido la pista hasta que nos encontramos en el backstage de uno de los últimos conciertos de los Niños Mutantes en Granada. Esa noche fue un regalo, la verdad.
Ha sido súper enriquecedor pensar en la pieza desde otras miradas y con todo lo que ha aportado Domingo. Quedaos con su nombre porque aparecerá en próximos boletines. Ahora que la vida y los Mutantes nos han puesto de nuevo en el camino, no lo vamos a soltar.


1. DETRÁS DE LA FOTO.
Estamos muy emocionadas con lo que va a pasar el próximo lunes 14 de abril aquí. Entre ese mausoleo y esas columnas del Parque de la Carcavilla de Palencia.
Vamos a compartir Federico. No hay olvido, ni sueño: carne viva con todas las personas que se quieran acercar a las 20:30 horas. La previsión meteorológica a día de hoy es regulinchi en cuanto a lluvias, pero pediremos permiso a los fantasmas y estamos seguras de que gracias a ellos el cielo nos respetará.
La Carcavilla, como el Barranco de Víznar (Granada), contiene, bajo la zona del parque infantil sobre todo, decenas de vidas enterradas. Quizá os suene porque en 2011 apareció un sonajero intacto al lado del cuerpo de Catalina Muñoz, exhumada de una de las pocas fosas que se han podido abrir hasta la fecha. El parque también guarda todo el trabajo de recuperación de memoria que llevó a cabo Esperanza Pérez Zamora.
Tenemos muchas ganas de que llegue el lunes, con lo que se viene en Palencia. Al terminar brindaremos contra el olvido con el vino delicioso de la Bodega Diez Siglos de Serrada (Valladolid), que al igual que en el estreno en la casa de Federico García Lorca de Valderrubio en junio del año pasado, se unen a nosotras para celebrar el teatro.
Y, por cierto (aviso porque aún hay tiempo para organizar agendas y calendarios): volvemos a Granada con Federico. Concretamente a Maracena, al ladito de la capital. Las entradas ya están a la venta en este enlace: https://www.redentradas.com/?entradas=federico-no-hay-olvido,-ni-sueno:-carne-viva&provincia=granada&cpro=18&eid=3168
Desde agosto que no volvemos por allí. Ya va tocando.
En estas últimas semanas se van a ir confirmando algunos bolitos para el verano y el otoño. Los vamos anunciando todos en la sección de agenda de nuestra web.
2. RECORDATORIO DE RIGOR.
Antes de despedirme os cuento que han llegado a la oficina una remesa de sudaderas de todas las tallas. No se venden solas. Y por la mañana todavía refresca. Aquí en Valladolid estamos a 8º cuando salgo de casa estos días. Pero vamos, que también tenemos camisetas perfectas para lucir en la tarde aprovechando este sol primaveral.
No es que queramos abrazar al capitalismo, es que queremos conseguir que este proyecto sea sostenible.
Gracias por estar ahí.
Y muchos besitos.
María